La Ciudad de México, una metrópolis rica en cultura y tradición, alberga una variedad de barrios históricos, cada uno con su propio encanto y personalidad. Entre ellos, la Colonia Narvarte se destaca como un lugar emblemático con una historia fascinante que ha dejado una huella indeleble en la ciudad.
La historia de la Colonia Narvarte se remonta a la década de 1920, cuando la Ciudad de México estaba experimentando un rápido crecimiento urbano. El Arquitecto Francisco J. Serrano, conocido por su innovador enfoque en el urbanismo, concibió la idea de crear una colonia residencial moderna y funcional que se adaptara a las necesidades de la creciente población.

El nombre de la colonia fue un homenaje a Francisco Narváez, un destacado periodista y crítico de arte de la época. La construcción comenzó en 1923 y rápidamente se convirtió en un destino popular para aquellos que buscaban una vida tranquila y elegante en la ciudad.
Con su diseño inspirado en el movimiento urbanista City Beautiful, la Colonia Narvarte destacó por sus amplias avenidas arboladas, espacios verdes y elegantes edificaciones de estilo art déco y funcionalista. La colonia se convirtió en un reflejo del espíritu modernista de la época y atrajo a una comunidad diversa de profesionales, intelectuales y artistas.
A lo largo de los años, la Colonia Narvarte ha sido testigo de varios acontecimientos históricos, incluyendo el terremoto de 1985 que afectó gravemente a la Ciudad de México. A pesar de los daños sufridos, la comunidad se unió para reconstruir su hogar, preservando su rica herencia arquitectónica y cultural.

Hoy en día, la Colonia Narvarte sigue siendo un lugar vibrante y próspero, donde la historia se mezcla con la modernidad. Sus calles empedradas, parques y plazas ofrecen un ambiente acogedor y pintoresco, mientras que sus restaurantes, cafés y espacios culturales reflejan la diversidad y vitalidad de la Ciudad de México. La colonia está formada por varias zonas que comparten el nombre: Piedad Narvarte, Narvarte Poniente, Narvarte Oriente y Vértiz Narvarte, y todas pertenecen a la delegación Benito Juárez.
La Colonia Narvarte representa un pedazo valioso de la historia de la Ciudad de México, un lugar que ha resistido el paso del tiempo y se ha convertido en un tesoro urbano lleno de vida y tradición. Al recorrer sus calles, se puede sentir la magia de su pasado mientras se celebra su presente y se mira hacia un futuro lleno de promesas.